“Esta ropa es toda de mujer, ¿no?”
Preguntas como esta las recibimos todos los días. En nuestra tienda siempre ordenamos la ropa por estilos, por tipo de prenda y a veces también por colores. Pero no por géneros. Para nosotros es muy importante que las personas puedan probarse todas las prendas que quieran sin tener que estar pensando “Esto estaba en la zona de mujer” o “Esto no me queda bien ¿no ves que es de hombre?”
Durante tantos años nos han dicho cómo vestir y qué es lo que te queda bien y lo que no te pega nada o incluso que esa ropa ya no es para tu edad o para tu cuerpo. Las flores y los estampados llamativos de mujer, los cuadros y los tonos más apagados de hombre, las telas suaves y ligeras de mujer, las telas recias y muy resistentes de hombre. La ropa es una expresión de nosotras mismas. Como expresamos una pequeña parte sin ni siquiera hablar. Hay tanta variedad de ropa como de personas ¿Por qué decidir de quién es cada una?
Hace unas semanas, entró en la tienda un chico. Miraba y daba vueltas, “Si necesitas algo dime ¿vale?” Le dije. “Sí, estoy buscando camisas” En ese momento empecé a enseñarle una selección con rayas, cuadros o lisas, enseguida me fijé que no era de su agrado. Sin pensarlo, le mostré unas de nuestra colección de primavera, con flores, estampados y colores más fuertes. Estas si le gustaron, salía del probador con una sonrisa cada vez mas grande.
Desde mi visión de gata pregunto: ¿Por qué los humanos os complicáis tanto? ¿Por qué os prejuzgáis sin ni siquiera conoceros? Y sobre todo ¿Por qué no permitís a otras personas que sean felices? Ahí lo dejo.
Vuestra querida,
La gata Breva
