¿Cuánto valor tiene una sonrisa?

Seguro que alguna vez has hecho alguna de estas preguntas; ¿Cuánto vale esa bolsa de patatas? ¿No tendrás una talla más? ¿Te ha llegado ya el número de esta semana? O has dicho una frase como ¡Buenos días! ¡Madre mía qué tiempo de locos! ¡Que pases un buen día! ¡Aquí estoy otra vez!

Es un hecho que cada vez se dicen menos. El trato cercano, amable y enfocado en cada persona está siendo sepultado por las grandes superficies donde lo importante son los rebaños de compradores que cada día cruzan sus puertas. Durante muchos años yo misma he trabajado en estos sitios. La sonrisa es una fachada, las palabras medidas y estudiadas, el tiempo controlado y ¡ojo! ¡Cuidado con dar tu opinión!

Esto no pasa en el comercio local, el de tu ciudad o pueblo. ¿Cómo lo ves? ¿Cómo me queda? ¡Que os vaya muy bien! o ¡Que bonita tenéis la tienda! son expresiones que no queremos dejar de oír. Por desgracia poco a poco este comercio va desapareciendo, pero se luchará por revivirlo y por devolver a las personas la magia y el encanto de una sonrisa sincera.

 

Firmado: La gata Breva